A través de unos personajes imaginarios, se realiza una crítica que roza el sarcasmo, hacia personas y organizaciones políticas, religiosas, y sectarias que piensan que solo hay una forma de vivir, de pensar, y de organizar la vida de la sociedad, y que es las de ellos
Para conseguir esta forma de pensamiento único, se amparan en todo tipo de maniobras manipulativas y coercitivas para condicionar la conducta de los ciudadanos enanos, desprotegerlos de forma paulatina de sus derechos y hacerse con sus dineros.
Esta manipulación se realiza a través de personajes como los “infladores de gorras”, “los sopladores de farfollas”, “los aconsejadores”, “ los vigías del sueño”, así como de otros personajes pertenecientes a una supuesta “iglesia de las cinco deidades.”