Como dice Juan Mayorga, «el teatro es un arte de la memoria, porque sólo hay una forma de hacer justicia a las víctimas del pasado: impedir que haya víctimas en el presente». Y así, al igual que en los textos de Koltés, la palabra asumirá la acción. En Como ceniza blanca sobre una hoguera se pretende de cada escena una lucha, una confrontación de la que extraer un mensaje, que en su conjunto devuelva al espectador una idea de cómo era y cómo es la nación en que habita.
«Zaragoza, 1485. Un grupo de los judíos más adinerados de la ciudad preparan el asesinato de Pedro Arbués, Inquisidor general. Sus consecuencias empiezan a notarse desde el inicio: Yannis y Milena, pareja que duda si pertenecer o no a la conspiración, son detenidos y encarcelados, guiando al espectador a través del juicio habitual a un hereje. Mientras, los Reyes Católicos buscan unificar una España dividida bajo el yugo de la Santa Inquisición. A través de estas tres historias irán apareciendo una ingente nómina de personajes que mostrarán los diferentes estratos y la ambición que dominaba a finales del siglo xv, una época distante pero en la que podemos reconocer semejanzas con lo que vive hoy en día nuestro país».